Cuando el tríptico está cerrado, presenta el tema del vendedor ambulante, atribuido a su taller. Representaría el camino de la vida, con un peregrino, una especie de ermitaño, acechado por los peligros del viaje, y que se resiste a las tentaciones representadas por la pareja que baila (lujuria).
Sin embargo, cuando está abierto podemos advertir tres paneles muy diferentes.
En el panel izquierdo podemos apreciar el Paraíso Terrenal. La tabla de la izquierda está dedicada a la creación, el pecado y a la expulsión de Eva y Adán del paraíso. Este a la izquierda muestra cuatro episodios distintos: en lo alto, la caída de los ángeles rebeldes, que mientras se precipitan cambian de forma y asumen el aspecto de sapos e insectos. Aún más abajo y a la derecha está el pecado original con la serpiente con cabeza de mujer y manos con garras.
Finalmente, la expulsión del Paraíso terrestre está coronada por una planta con espinas y varios frutos, uno de ellos picoteado por un pájaro como símbolo de lujuria, mientras el cardo simboliza las tentaciones de los sentidos.
En la tabla central aparece un enorme carro repleto de heno y un sinfín de personajes. En la cima del carro se desarrolla una escena cortesana, unos amantes, la música, y un ángel y un diablo. Es una especie de “jardín del amor” donde el ángel mira a Jesucristo en una nube mientras el diablo participa del juego musical y sexual que se adivina. Jesús presenta una expresión de paciencia.
El carro es gigantesco y está completamente lleno. Según todos los expertos, el tema alude a un versículo de Isaías: “Toda carne es como el heno y todo esplendor como la flor de los campos.El heno se seca, la flor se cae”.
Estamos ante una alegoría de lo efímero de los bienes y placeres materiales y de lo pasajero de todo lo de este mundo. A esa felicidad terrenal y material, representada por el carro, quieren subirse todos.
En ese intento están todas las clases sociales, reyes y obispos, pueblo llano, etc. La gente pobre se pelea y se empuja por conseguirlo desesperadamente, mientras príncipes y prelados cabalgan mansamente porque ya tienen la riqueza (el heno) conseguida; representan el pecado del orgullo.
A los pies del carro vemos otros pecados capitales, así puedes contemplar el mendigo farsante (con un niño), es la avaricia que conduce al engaño y al fraude.
En el ala de la derecha presenta se presenta el infierno y el castigo de los pecados. El infierno se representa como una ciudad incandescente, con diablos dedicados a la construcción de una torre, quizá referencia a la bíblica Torre de Babel. Se repiten aquí los incendios de estructuras, tan típicos de la obra del Bosco, pues pueden verse similares igniciones en el panel derecho del Juicio Final de Viena, así como en el lateral derecho de El Jardín de las Delicias. Son edificios incendiados en los que se ve que el fuego viene desde abajo.
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