



El artista trabajó con gran libertad en este encargo, lo que le permitió despegarse definitivamente de resabios góticos y ahondar en los nuevos conceptos del Renacimiento escultórico del Quattrocento.
- El formato. Los 28 cuadrilóbulos medievales fueron reemplazados por 10 amplios paneles de forma rectangular, que le permitieron crear escenas más pictóricas.
- Exaltación del genio y autovaloración del artista. Alrededor de los paneles creó unos listones que contienen figuras de profetas y sibilas en pequeñas hornacinas, alternándolas con 24 medallones con cabecitas de artistas contemporáneos suyos. entre los bustos está su propio autorretrato y el de su hijo Vittorio, que colaboró realizando las jambas con motivos animales y vegetales.
La historia de Moisés.
- Inspiración de las figuras en modelos clásicos. Hasta los más mínimos detalles se aprecia que tras sus relieves está el deseo de emular o de superar la escultura grecorromana. En el panel del Paraíso terrenal Dios Padre es un fornido Júpiter; Adán nos recuerda a un kuros; y Eva es una bellísima Venus. Las figuras son proporcionadas, idealizadas y de posturas y expresión variadas.
Historia de Adán y Eva. Detalle.
- Técnica del relieve. Como ya se hizo en Roma en mármol, Ghiberti utiliza la distinta profundidad del relieve en bronce para crear efectos de claridad compositiva: altorrelieves sobresalientes para resaltar en primer plano escenas cercanas y bajorrelieves, e incluso grabados, para las más lejanas. Con ello consigue además crear el efecto pictórico, tan difícil de conseguir en este medio.
- La perspectiva. Lo que más impresiona es el virtuosismo con el que el paisaje y los elementos arquitectónicos sugieren profundidad espacial. Están representados según las reglas de la perspectiva, que descubrió Brunelleschi y que Ghiberti aplica al relieve.
Historia de Salomón y la reina de Saba. Detalle.
Artículo extraído del blog Algargosarte.
1 comentario:
Muito lindo!
Obrigada!!!
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