jueves, 27 de enero de 2011

Santa Magdalena de Vézelay


Santa Magdalena de Vezelay es una de las obras maestras del Románico más tardío francés. Comenzada a construir hacia 1120, ve su nave principal terminada veinte años después. La portada que contemplamos en la fotografía es la del nártex y es una de las piezas claves de la escultura románica.

Su tímpano representa la clásica escena del juicio final en bajo relieve, tan extendida en los tímpanos de tantos templos de este periodo. En el centro del mismo, un Cristo sedente en actitud mayestática, rodeado de una almendra o mandorla con las piernas inclinadas hacia la izquierda. El Cristo parece mostrar al espectador, con sus palmas abiertas y brazos extendidos, los dos caminos que seguirán las almas (representadas sobre el dintel de la puerta) llegado el momento del definitivo enfrentamiento a la justicia divina. En el tímpano, bajo el cristo, aparecen los apóstoles con libros en sus manos, recibiendo al Espíritu Santo, que se representa como haces de luz que salen de los dedos de Cristo. En las casillas radiales de las arquivoltas se representan los pueblos que pueden ser misionados. En el parteluz aparece la figura monumental de San Juan Bautista. Las arquivoltas están decoradas con los símbolos de los signos de zodiaco.

Las imágenes son poco naturales como suelen ser las representaciones en el periodo románico. Las figuras del tímpano se agrupan a ambos lados de la imagen de Cristo centrada y presentan una disposición casi yuxtapuesta aunque, dado el momento de su factura, próximo a 1140, las figuras se comunican entre ellas como harán de forma habitual en el periodo gótico.

Vezelay es una de las últimas obras de románico francés. Su construcción fue patrocinada por Bernardo de Claraval, San Bernardo, quien promovió intensamente la segunda cruzada desde su púlpito. El edificio consta de tres naves y una disposición convencional en la época. Lo que todos nosotros recordamos de ella es la disposición de las dovelas de la nave central que aparecen coloreadas alternativamente en blanco y rojo con lo que su visión nos recuerda inmediatamente la mezquita de Córdoba.

1 comentario:

Anónimo dijo...
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