En los relieves del palacio de Nínive, una de las capitales del imperio asirio, la matanza a causa de la cacería realizada por el rey Assurbanipal, ayudado de sus jinetes, ha sido espantosa y el artista ha sabido representar a los animales caídos, volteando en el aire o revolviéndose de dolor. Uno de ellos es una leona herida (aquí reproducida), un bajorelieve en el que vemos una leona que todavía tiene fuerza en sus garras anteriores para incorporarse, al tiempo que arrastra sus patas traseras, ya paralizadas a causa de la flecha que le atraviesa la columna vertebral.
Un complemento a las clases de Historia del Arte del IES Murgi, de El Ejido (Almería).
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