“Esculpir
la emoción”
Camille
Claudel nació
escultora. Desde muy pequeña disfrutaba moldeando el barro y ya se
veía su capacidad para reflejar en ese material los rostros de sus
seres queridos. Un juego que duró al hacerse mayor y que no gustó
en absoluto a su familia, que la veían como una futura esposa, madre
y «artista del hogar».
Con
17 años fue admitida en una Academia de Arte parisina y de
pronto,Auguste
Rodin se
percató del talento artístico de la joven, entrando en su vida como
un terremoto. De alumna del ya legendario escultor pasaría a
convertirse en su musa, y de ahí a amante.
El
talento de Claudel
era
evidente, pero la envidia y el machismo de la época hicieron que
fuera objeto de comentarios desafortunados que ponían en duda su
capacidad artística. La sombra de Rodin
era
demasiado larga y la artista empezó a tener una relación de
amor/odio. Amaba al maestro con toda su alma, pero también lo odiaba
por recibir él todo el reconocimiento público, constantes encargos
y alabanzas. Ella era su simple alumna y amante.
Claudel
finalmente
abandonó a Rodin
(que
no pensaba dejar a su esposa) y acabaría enloqueciendo… Recientes
biografías hablan de manipulaciones y maltratos por parte de su
entorno, e incluso fue obligada a entrar en un sórdido psiquiátrico
con el diagnóstico oficial de «manía
persecutoria y delirios de grandeza».
Gracias
a ella, se demostró que es
posible esculpir la emoción.
LA
GRAN OLA DE CLAUDEL
“La
artista siempre quedó a la sombra de su mentor y amante Rodin.
La
ola simboliza esa amenazante presencia,que alfinal acabó
engullendóla,”
VERTUMNO
Y POMONA
“Con
la excusa de la mitología romana,
la
genial artista representa el amor como un engaño.”
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