A comienzos del Primer Milenio A. de C.
se desarrolla en Baleares
una cultura propia. A ella pertenecen los siguientes tipos de
megalito: las Navetas,
tumbas colectivas de Menorca, en forma de nave invertida. Las Taulas,
dos grandes piedras colocadas en forma de T, cuya función se
desconoce. Los Talayots,
torres troncocónicas con cámara cubierta con falsa cúpula, se
encuentran en Mallorca y Menorca, y parecen que sirvieron como
vivienda y torre defensiva, ya que formaban parte de recintos
fortificados.
Un talaiot es una construcción realizada en mampostería en seco a partir de bloques de sección paralelográmica cortados más o menos regularmente, en ocasiones retocados para que encajen entre sí y proporcionen mayor consistencia a la obra. Los talaiots aparecen indistintamente aislados, en conjuntos, dentro de los poblados o formando parte de sus murallas. Su complejidad constructiva es grande y muchas sus posibilidades de variación. La estructura más corriente se corresponde con la planta circular o ligeramente oval, como el de Sa Canova, posiblemente el mejor conservado de Mallorca, o el de Torelló en Menorca. Suelen estar levantados mediante hiladas bastante regulares de piedras bien cortadas que forman un muro de espesor variable, en el centro del cual se sitúa la habitación circular con un corredor de acceso al interior cubierto por losas. El espesor de los muros es variable, si bien en la mayoría de los casos oscila entre tres y cuatro metros. También varía el tamaño de la cámara central, aunque su diámetro rara vez baja de cinco metros o sobrepasa los seis, lo que proporciona un espacio interno útil en torno a los veinte metros cuadrados, incluyendo el destinado a la columna de sujeción del techado.
En general, puede decirse que la técnica constructiva empleada para cubrir estas torres es bastante rudimentaria, lo que contrasta con la capacidad de los baleares para levantarlas hasta una altura considerable o abrir en su interior cámaras y corredores.
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