Un complemento a las clases de Historia del Arte del IES Murgi, de El Ejido (Almería).
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jueves, 7 de abril de 2011
Bernini, Plaza de San Pedro del Vaticano, 1656,-67
Empezamos con un video:
http://politube.upv.es/play.php?vid=2423
Tras el pontificado de Inocencio X, Bernini empezará a trabajar para el nuevo papa Alejandro VII Chigi, el cual trata de hacer de la arquitectura el modo más evidente de exaltación del poder estatal del pontífice.Así encarga a Bernini el diseño de la Plaza de San Pedro, construida entre 1656 y 1667, con el fin de crear un sitio capaz de acoger grandes congregaciones de fieles y corregir en parte el efecto de la ampliación del brazo oriental de la basílica.
El proyecto original pretendía la construcción de una plaza cerrada, con dos brazos laterales y un tercero que la aislaba, creando un espacio diferenciado y recoleto. Tras este tercer brazo de la plaza se encontraba originalmente una manzana de casas, el Borgo Leonino, adaptándola así al contexto urbanístico. Este tercer brazo no se llego a construir, quedando la plaza con un aspecto muy similar al actual.
El diseño de la plaza simboliza al pontífice coronado con la tiara (cúpula de San Pedro) y con los brazos abiertos, acogiendo a toda la cristiandad. Otro de los proyectos presentados por Bernini simbolizaba a Cristo crucificado. Además el pontífice exigió que la plaza permitiera que todos los situados en ella vieran cómodamente la Lonja de la Bendiciones y las estancias vaticanas, desde donde se realizan las bendiciones papales.
La plaza de San Pedro se compone en realidad de dos plazas tangentes, una de forma trapezoidal y otra elíptica. La plaza trapezoidal se cierra hacia nuestro frente reduciendo ópticamente la fachada de Maderno y logrando que los espectadores situados en la plaza elíptica perciban la concepción original de la cúpula de Miguel Ángel.
Las columnas se encuentran organizadas radialmente en torno al punto de generación de la elipse, creando un espacio desbaratado ópticamente. El estilo cultivado por Bernini es bastante clásico, casi arqueológico, con un sentido muy sobrio en el uso del orden toscano, aunque dinámica y escenografía es barroco. El uso de columnas con balaustradas y estatuas nos recuerda a Palladio en el Teatro Olímpico, auqnue esta plaza entronca más con la tradición de plazas públicas renacentistas como la del Campidoglio de Miguel Ángel.
Es fundamental hablar de la importancia de la escenografía para el arte barroco, de la importancia de Roma como centro del catolicismo, de poder y de peregrinación, de la búsqueda barroca del efecto sorpresa, etc.
Para completar el comentario, mirad las fotocopias.
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