Se trata de una macchina, o aparato escenográfico, de los que tanta importancia tuvo en el Barroco, época dorada del arte propagandístico.
Realizado en bronce dorado, madera y mármol por Bernini y Borromini entre 1624 y 1633, mide 29 m de altura y se encuentra en San Pietro in Vaticano, Roma, bajo la cúpula y sobre la humilde tumba del apóstol.
Se ha realizado completamente en bronce sobredorado, combinando elementos escultóricos y arquitectónicos. Este baldaquino es una estructura a medio camino entre la arquitectura y la escultura, utilizando columnas salomónicas por primera vez desde la Antigüedad, y tratando de crear un espacio más acorde al espectador. Así sirve de intermediario entre la escala colosal de la basílica y la humana del espectador, antropizando en espacio.
El uso del orden salomónico es un tanto arbitrario, usando en las columnas un canon similar al corintio y con un dado de entablamento sobre ellos, estando unidos estos por guardamalletas imitando decoración textil. El conjunto se halla coronado por cuatro cornapuntas, realizadas por Pietro y Borromini, del cual apreciamos un cierto influjo. Las columnas están decoradas por pámpanos de vid, referencia a la eucaristía, en los cuales liban abejas, en alusión al escudo de los Barberini. Este escudo lo encontramos también en los relieves de los podios.
Manifiesto formal de la arquitectura barroca romana, interesa recordar la estrecha colaboración ejecutiva y diseñadora que, antes de su ruptura definitiva, se dio entre Bernini y Borromini. Del último es la solución (esencialmente arquitectónica) del coronamiento, con sus cuatro volutas triples, trabadas a la enérgica curvatura del entablamento, que imprime mayor dinamismo y transparencia a su, de por sí, ya grandiosa estructura escenográfica.
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