La imagen de Castiglione, escritor y humanista autor de El Cortesano, aparece tratada en media figura, con la cabeza de frente y el cuerpo en ligero escorzo. En primer plano resaltan las manos entrelazadas, mientras que los brazos se abren, permitiendo así medir la amplitud del torso.
Su indumentaria es de un sobrio terciopelo gris y negro, al igual que la escarapela, lo que concede, por contraste, un especial valor al pomo metálico de la espada o daga que el personaje lleva al cinto.
En este retrato, Rafael capta el ideal de un hombre equilibrado, culto, dominador de sus pasiones, por medio de la entonación recíproca de los colores marcados: las tonalidades oscuras y argénteas de la ropa, la blancura de la camisa. La ropa oscura es propia de la moda borgoñona. La simplicidad de la composición, su desinterés por el detalle, responden al deseo primordial de concentrar la atención del espectador en la personalidad del modelo.
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