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viernes, 8 de abril de 2011

Le Vau, Palacio de Vaux-Le-Vicomte, cerca de París, 1656,-58


Construido por Louis Le Vau entre 1657 y 1658 para Nicolas Fouquet, ministro de Finanzas de Luis XIV, el cual, envidioso de la magnificencia de este edificio, mandó ampliar Versalles por el mismo equipo que había trabajado aquí (Le Vau, Le Brun y Le Notre) y expropiar las posesiones de Fouquet tras acusarlo de malversación de fondos.
El edificio fue construido según el modelo de Maisons-Lafitte y sigue la tendencia de Le Raincy hacia la integración del edificio en los jardines al disponer un salón sobresaliendo hacia ellos.

Este château esta formado por un pabellón de planta alargada con dos pequeñas alas laterales en su fachada principal rodeando al conjunto un foso. El centro del palacio lo constituyen dos salones. El de la parte delantera es un vestíbulo decorado con columnas y tras el se dispuso un gran salón ovalado cubierto por una inmensa cúpula, que sobresale del resto del palacio y lo integra con el parque. Para algunos, esta cúpula está mal integrada en el conjunto, pero realmente es la que le aporta personalidad y grandeza a esta bella construcción. A pesar de ello la utilización de este elemento arquitectónico no fue políticamente correcta pues su uso estaba reservado únicamente para el ámbito real o divino. El palacio esta dividido a ambos lados de este salón en dos appartaments (división constituida por cuatro estancias comunicadas), uno para la familia propietaria y el otro dedicado exclusivamente para uso del rey siempre que visitara el palacio.

En cuanto a la decoración interior, que corrió a cargo de Le Brun, destaca el dormitorio del rey , que supuso el punto de partida del futuro esquema decorativo de Versalles (estilo Luis XIV), pues fue este artista el máximo responsable de la decoración de este palacio.

El complemento indispensable del edificio era el jardín, que fue diseñado por Le Notre y supuso el primer ejemplo de mansión proyectada en íntima unión y armonía con la naturaleza, y cómo no, también el modelo a seguir en Veralles. El parque se encuentra dividido por un eje central de simetría, a cuyos lados se disponen los distintos parterres y fuentes.

En resumen, se trata de un bellísimo château en todos los sentidos, y que gracias a una fantástica conservación y restauración conserva todo el encanto y esplendor de una época gloriosa para las artes francesas. Todo esto lo hacia digno de un rey y por eso fue el modelo del un palacio que fue a su vez el referente de morada regia para todas las cortes Europa: Versalles.

Quizá, como defecto, se puede señalar que la cúpula sobre este salón está mal integrada en el conjunto, siendo además un elemento emblemático que Fouquet utilizó indebidamente por pertenecer al ámbito de lo divino y del rey.

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