Aunque Bernini contaba con la consideración de los principales personajes de su generación, su excepcional fortuna empezó en 1623 cuando su gran admirador Maffeo Barberini (presente en la realización del David) ascendió al papado con el nombre de Urbano VIII.
El sepulcro presenta un composición piramidal. Arriba, la estatua del papa sentado, en actitud bendicente; abajo la urna en forma de relicario que debía contener el cuerpo, y a cada lado, de pie, las figuras de las Virtudes, Justicia y Caridad. .Estas referencias hacen a alusión a las virtudes del difunto.
La figura del Papa, de bronce, aparece majestuosa. El manto cae sobre su cuerpo formando ritmos ondulantes. El sepulcro en mármol negro, y las Virtudes, en mármol blanco señalan las características barrocas de combinación de materiales.Sin embargo la escena conserva todavía
cierta mesura, pues los rostros son tranquilos, como transmitiendo resignación y esperanza cristalina.
Un complemento a las clases de Historia del Arte del IES Murgi, de El Ejido (Almería).
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