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sábado, 9 de abril de 2011

Bernini, Cátedra de San Pedro, 1657, -66


Situada en el ábside de la Basílica de San Pedro del Vaticano, esta obra escenográfica muestra una de las principales caraterísticas del Barroco, como es mezclar distintos elementos y materiales `para buscar la máxima expresividad. En este caso, tenemos bronce, dorado a diferentes niveles, madera, cristal y la luz misma que entra por la ventana fundiéndose con los rayos dorados metálicos.
La estructura es muy simbólica (otra importante característica barroca), pues se trata de una silla (la de San Pedro) sostenida por cuatro patriarcas de la Iglesia (la tradición), de forma que no toca el suelo, está por encima de lo material, y se sitúa a medio camino entre lo humano y lo divino, representado por la ventana, la luz y los ángeles, en un gran rompimiento de gloria.

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